EL GRAN CAFÉ SUIZO DE GRANADA

EL ANTIGUO GRAN CAFÉ SUIZO DE GRANADA (Video)

Este video me trae a la memoria mucho más que recuerdos: mi infancia, mi yo anterior, mis padres, mis hermanos, mis amigos de siempre, mi hogar; luces y sombras testigos de mi vida.

¡Y qué recuerdos! Yo nací y viví casi enfrente de EL SUIZO, un cafetín que había en Granada, justo donde hoy hay un burguer, en la esquina de Puerta Real con calle Mesones, hasta que me casé! Mi casa estaba en la calle San Antón, 9, un edificio de principio de siglo XX que ha sido restaurado restaurado, justo entre los dos pasajes que unen San Antón y Puerta Real. Entonces el Suizo, era para mí un lugar clave porque estaba junto a mi papelería favotita, en la que adoraba perderme, COSTALES y mi librería de referencia, la Librería ESTUDIOS, en Mesones. El Suizo y Correos era el lugar de encuentro de todas las pandillas de jóvenes, punto de partida para cualquier posterior rumbo, y también paso obligado casi a cualquier parte. Cuando crecí fue el testigo de mis prumeros versos y de mis primeras confidencias. Cuando lo tiraron, con él se llevó media vida,  muchas historias de de los granadinos; pero así es la vida. Uno de los tantos errores y agravios que sufrimos los ciudadanos, que contemplamos horrorizados, pero que no movemos ni un dedo para pararlo. 

Era un lugar con el sabor más auténtico y castizo de los que yo viví en mi infancia, en mi juventud y en mi vida entera. La decoración, los camareros , que ya eran amigos, las tertulias...

Había unos pastelitos de nata con forma de cisne que me fascinaban. No era el pastel en sí, en aquellos tiempos todo tenía un sabor único, sino porque los veía de una dificultad en su ejecución admirable y me resultaba maravilloso su aspecto, sus cuellos largos y arqueados, su plumaje tan blanco, que era la nata, y el brillo del nido que los sustentaba, que resultó ser hilillos de caramelo. A menudo inventaba historias con ellos, mientras los comía. Era fantástico. Esto ocurría todos los domingos por la tarde, con mis hermanos y mis padres. Benditos domingos de mi bonita niñez."