¿MENTALIDAD DE POBREZA?

 


¿MENTALIDAD DE POBREZA?

Me ha encantado el artículo que pego al final de mi texto, aunque yo no lo titularía como pobreza; como mucho,   entrecomillaría la palabra, porque creo que "pobreza" no es sinónimo de suciedad y desorden. 

En mi opinión, en mi experiencia, las personas más humildes suelen ser muy cuidadosas con todo lo que les rodea. 

En tal caso, esa pobreza sería otra clase de pobreza (desidia, angustia, ansiedad, exceso de confort, vaguería, "guarros" ( y que me perdonen los cerdos), o sea, pobreza de espíritu, de carácter, de valores... pero no de falta de medios económicos.

¡Anda que no hay gente bien posicionada que es un auténtico caos hasta con su propia persona!

Entre los mil oficios que he tenido a lo largo de mi vida, cuya formación ha corrido en mucha parte incentivada por mi madre a la que adoro y admiro, fue la de manicura. 

Mi madre me enseñó a hacerla con precisión y, cuando la "manicura" de nuestra peluquería faltaba y yo estaba en casa, la hacía yo misma a la clienta (bueno, la manicura o cualquier otro servicio de peluquería o belleza, ya que mi madre me enseñó un millón de cosas que más tarde, me valieron para "pisar fuerte", tener seguridad en mí misma y, por ende, poder  ganarme la vida honradamente mientras encontraba un trabajo "de lo mío", relacionado con mi preparación, mis cursos y mi carrera universitaria y, sobre todo, me sirvió para tener la certeza de que nunca a mi hija le faltaría ni "Leche de hormiga" si estaba en mis manos el conseguirla)

Mi madre tenía la peluquería en el centro de Granada, en el mismo bloque que vivíamos pero mi piso estaba en el 4° y la peluquería en la primera planta. 

Por este enclave, un alto porcentaje de su clientela eran "señoras" bien posicionadas económicamente. 

Pues veréis, os cuento una anécdota.

Había una de ellas que yo creo que no metía en agua las manos más que, de semana en semana, cuando se hacía la manicura en casa (por supuesto yo le añadía unas gotitas de lejía sin que ella lo notara)  porque, cuando le quitaba el esmalte "rojo sangre" de sus uñas, aparecía siempre un luto irrefutable y asiduo entre sus uñas y la carne, que me producía un asco difícil de asumir por una joven de la índole en que yo fui educada.

 Su cara era un pergamino, pero eso no la impedía emplastecerla con maquillaje, un día tras otro, sin limpieza de cutis previa, así que ¡imaginaos!. 

Yo me preguntaba cuál sería realmente el grosor y el color de su verdadera piel, y rezaba para que no me pidiera hacerle una limpieza de cutis. 

Su pelo se lavaba semanalmente, sí, pero era tal la cantidad de laca que se ponía en el cabello, que nos contaba lo indecible poder bajarle aquel enredo a modo de "bisoñé" que se hacía para disimular su pequeña estatura y parecer una cuarta más alta. 

En fin ¡qué os voy yo a contar!

Especialmente los que os dedicáis a la belleza, sabéis de lo que hablo, de lo que encontramos tras algunas personas de tan buen porte. 

De verdad que pienso que, para ser esteticista o algo relacionado con el gremio, hay que sacarse el título con un seguro a fondo de estómago inalterables. 

Por eso, concluyo igual que empecé: La pobreza, la falta de medios, nunca es sucia, son las personas. Y la limpieza, obviamente, tampoco implica  riqueza económica.

Lo que sí afirmo rotundamente es que tu casa, tu habitación, tus cosas, son un fiel reflejo de lo que pasa dentro de ti.

Así que, si ves mucho desorden en algún lugar, no critiques, antes de juzgar, intenta averiguar el por qué de aquel revuelo y, si puedes echar una mano, ¡échala! 

Tal vez sea eso lo que la persona desordenada necesita y tal vez alguien encuentre alguna vez tu casa también muy desordenada.

(Espero y deseo que no sea la vuestra)


ARTÍCULO QUE DA PIÉ A MI TEXTO


MENTALIDAD DE POBREZA: La pobreza es una actitud, es la actitud de desperdiciarse a sí mismo. El pobre desperdicia su tiempo, desperdicia sus ideas… y termina desperdiciando su dinero. La pobreza ni empieza, ni termina con el dinero, sino contigo. La forma en cómo te tratas, define como la riqueza te va a tratar. Una vez una mujer me dijo: “como es la habitación en la que duermes, así suele ser tu vida. Como está tu ropero, así suele estar tu vida. Como está tu cama, así suele estar tu vida.” Hace poco escuché que alguien dijo, con acierto, que “las cosas se parecen a sus dueños.” Tu auto eres tú, tu ropa eres tú, el barrio en el que vives eres tú y tus vecinos, tu celular eres tú, tu computadora eres tú, tu refrigerador eres tú, tu alacena eres tú... No hablo de un parecido físico, sino del intangible: una persona limpia tiene cosas limpias; una persona ordenada, tiene cosas ordenadas. Una persona organizada tiene su vida organizada. Creo que la persona que quiere hacer mejoras consistentes en su vida, empieza paso a paso, de menos a más. Corrigiendo pequeñas actitudes, pequeñas acciones. Hace años fui a entrevistar a una empresaria ya mayor. La mujer tiene fama de haber tenido una enfermiza ética de trabajo, gracias a la cual construyó un poderoso negocio que hoy administran sus hijos. “Mira – me dijo mientras sacaba su monedero- el dinero hay que administrarlo como si fuese medicina. No hay que cuidarlo, hay que valorarlo y respetarlo. La riqueza es producto del orden, de la previsión, de la limpieza, del respeto al tiempo, de la confianza en uno mismo. No eres rico porque tienes un millón de dólares en la mano, al contrario: puedes tener un millón de dólares en la mano como resultado de ser rico. Esto que voy a decir suena duro y por eso lo escribo con cargo a las críticas: la mayoría de gente con mentalidad de pobreza es sucia, desordenada, son impuntuales, no valoran su tiempo y por eso muchas veces lo desperdician consumiendo televisión basura. Gastan lo poco que tienen en una cerveza, y nunca en un libro. Como ve, no son pobres por el sueldo o por el trabajo que tienen, sino por la forma en cómo se tratan a si mismos. Vive a partir de hoy una vida diferente, orden es coherencia y la coherencia arroja resultados inimaginables."




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