SI COMPRAS UNAS BRAGAS...
Acaba de enviarme mi hermano esta foto. Ya la había visto hace más de un año y había escrito sobre lo que pienso al respecto en el otro blog que había abierto hace tiempo. Como mi hermano no lo ha leído e imagino que muchos de vosotros tampoco, quiero compartirlo de nuevo en este espaciO.
SI ME COMPRAS
UNAS BRAGAS, TE REGALO UN LIBRO
Anoche fue una
noche sin sueños."Espercojaica" (como dicen en mi tierra) después de
una buena ducha al compás de un Requien de Fauré, tomé mi portátil para ver mi realidad virtual.
Allí estaba,
en mi pantalla, impúdico; entró sin avisar y sin anestesia previa...
Y yo me
pregunto: ¿Qué ha podido provocar este cataclismo?
¿Cómo hemos podido llegar hasta límites tan insospechados, tan absurdos?
CÓMPRAME 3
BRAGAS Y TE REGALO UN LIBRO
¿Quién es el
culpable del fondo de este indignante cartel?
¿El vendedor
ambulante? Digamos que no.
Obviamente
estas personas, unos porque no se les ha dado la oportunidad, y otros porque no
la supieron aprovechar cuando les tocó, carecen de formación y de información y
no podemos culparlos.
A
unos desgraciadamente no tuvieron opción, su falta de cultura les vino de
cuna porque se les negó hasta la
escolarización; otros en cambio optaron por dar la espalda a todo lo
que se les ofrecía y prefirieron el saber de la calle, el de la
selva, el de la supervivencia. Por eso, yo no quiero culpar al
señor del puesto, pues creo que su falta de preparación les impide ver el
alcance del contenido de su propio cartel.
Esta es
la viva señal de un problema que es nuestro, de todos, que está en la
calle y que nadie que tenga en sus manos el cambio está dispuesto a
hacerlo.
Así
pues, una Eva, la Eva buena, la empática, la transigente, me dice...
pasemos página (sin acritud). Pero de repente sale al paso como una bala la
otra Eva, la escritora, la revolucionaria, la intransigente, la insumisa,
la amante de la cultura por encima de las normas y de la propia vida, y grita.
Grita porque sabe que para intentar ser feliz sólo cabe un hecho: el ser
consecuente con tus ideas, con tu línea de pensamiento, de ética, y el llevar a
cabo esa tarea sólo tiene un nombre:
Libertad de pensamiento y es ésta la única que te hace sentirte
realmente un hombre libre, porque sabes que es lo único que jamás nadie
podrá arrebatarte. Por eso te hace grande e invendible, muy peligroso.
Decía Neruda: "Podrán cortar las flores, pero no podrán detener la
primavera".
Los "de arriba" lo saben, son conscientes que a esta capacidad de saber lo que quieres y poder llegar a trazar tu propia línea, y defenderla con uñas y dientes, sólo se llega a través de EL CONOCIMIENTO. Es preciso saber para poder luchar, saber de la vida y de las gentes, pero sobre todo es imprescindible saber quién eres, a dónde vas y qué quieres para tu vida. A través de los libros conoces otros mundos, otros pareceres, otras vidas, otros sentimientos, es cierto. Sin apenas darte cuenta, dejas tu piel para adentrarte en otra y vivirla con la misma intensidad que te la cuentan; pero sobre todo, te encuentras a tí mismo a través de otras caras, otras culturas, otros tiempos, otras historias que a menudo acaba siendo tu propia historia.
Esta foto me
llena de tristeza y me hace vivir lo ya vivido en esta ciudad que tanto
amo, de retrotraernos en el tiempo y revivir la quema de libros en Plaza
Bib-Rambla, allá en el antiguo Reino de Granada a manos del Cardenal Cisneros,
la persecución constante que desde
el
Binomio absoluto Estado-Iglesia ha habido tantos años al "saber" y a
la "conciencia".

Nunca interesó
y sigue sin hacerse el que·la "plebe", esa clase más baja que
no son nobles, eclesiásticos o militares sea gente
"leída" porque, si llegara a serlo, daría demasiados
dolores de cabeza: exigiría ser "entendido" y eso no
interesa, sobre todo porque a ellos, a los de arriba, a menudo les faltan
muchas horas de "lectura" para
poder
"entender" que pasa fuera de ellos mismos. Porque para contestar una
pregunta hay que conocer las respuestas, y nuestras preguntas jamás encontrarán
respuestas.

Al pueblo
llano, sobre todo cuando hay problemas y la economía está anclada al centro de
la tierra, hay que tenerlo entretenido con cosas como es el
fútbol, aborregarlos, vestirlos a todos del mismo color, en mi Granada
de rojo y blanco, y darles una banderita, un tambor o una trompeta y que
griten todo lo que no gritan por lo que les hacen vivir en sus tristes vidas.
Cada domingo
que tengo que ver ésto me subo por las paredes.
Ahora la
cultura vale menos que unas bragas de euro. Sí señor, esa es la línea, como
diría mi sobrino Sergio.
Definitivamente
el mundo está loco.
¿Dónde está el
valor del trabajo bien hecho y el de la dignidad humana?
¿A dónde
llevamos la cultura? ¿A dónde?.
Como decía
Forges en una de sus viñetas… ¿Voy o vengo?
¡País!
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