© Foto Carmen Rivero Pié de foto: (de izquierda a derecha): Amalia de Toca, Carmen Martínez, Mariló Valdivia, Javier, Eva María Velázquez, Eva Santamaría, Juan Carlos y Charo Pérez. Imagínense una sociedad en que las autoridades prohíben la lectura. Imagínense que la prohibición es tal, que ordenan quemar cuantos libros haya en ella. Imagínense que para salvar los textos contenidos en estos libros, se forman grupos ocultos, perseguidos a toda costa, grupos de personas valientes amantes de la cultura, hombres y mujeres dispuestos a darlo todo, incluso su vida, por la ella. Imagínense que para salvarla, ellos memorizan los textos que luego irán irremediablemente a la hoguera y que, una vez hechos suyos, los trasladan a través de su voz y su memoria a todo aquel que quiere escucharlos, dejando su persona en el anonimato para convertirse en fragmentos de libros , salvadores de textos que, gracias a estas personas, logran sobrevivir y pasar de generación a generación. Podría decirse qu